Es difícil comenzar un camino y sobretodo si es de trascendencia: meditar, comer mejor, agradecer, respirar…
Nadie imagina lo inmensamente difícil que resulta respirar y no por supervivencia ni porque nuestro cuerpo involuntariamente realice esta acción sino porque realmente estás consciente de ello. Respirar conscientemente implica concentrar la atención en cómo entra el aire por tus pulmones y en paralelo seguir con tus actividades diarias. Es complicado pero no imposible, es como aprender a conducir un automóvil estándar: al principio es complicado dominar el volante y realizar un cambio de velocidad a la par que metes el clutch y recuerdas en qué cambio se quedó la última vez; salir a una avenida principal, acelerar, frenar, meter el clutch porque sino se apaga el carro de forma brusca, dejar los nervios, sudar, prender el carro que se quedó a media avenida con miles de conductores furiosos atrás tocando el cláxon y que no se apague… y un sinfín de puntos más en la lista de un aprendiz.
Pero igual que conducir, respirar a conciencia es cuestión de práctica, de poner todo el empeño en hacerlo bien… con el paso de los días la dificultad se aminora y se vuelve parte de la dinámica.
PrácticaEn cualquier momento, cuando estés caminando, escribiendo en el teclado, estudiando, trabajando o haciendo cualquier cosa, haz consciencia de tu respiración. Mientras inspiras y expiras, siente el flujo de aire entrando y saliendo de la nariz, siente cómo se llenan y se vacían tus pulmones, cómo llega el aire hasta tu barriga y se llena, como cuando eras bebé. Siente como el aire purifica todo a su paso. Al comienzo puede que la respiración no sea relajada y te agites, como si estuvieras corriendo, pero después de practicar la respiración consciente durante algún tiempo, sentirás cómo se va haciendo más ligera y natural, más calmada y tranquila. En cualquier momento puedes volver a esta tranquila fuente de vida, como cuando éramos bebés.
- Restablece la energía física.
- Elimina sentimientos negativos.
- Oxigena la sangre.
- Aumenta la capacidad pulmonar.
- Nos acerca más a nuestro cuerpo.
- Nos libera de dolores, de cabeza por ejemplo.
¡SUERTE!